El corazón de Málaga

Desde el corazón de la provincia de Málaga (también denominado “Hoya de Málaga”), una extensión a modo de valle irregular, delimitado, por el norte, por las sierras de la “Subbéticas”, y por el sur, por los antiguos “Montes de Viñas”, conocidos como “Montes de Málaga”. La frontera norte coincide con la frontera en el período romano, de los conventos Gaditanus y el convento Astigitanus. Es una muestra territorial de la gran variedad de la montaña malacitana. Nos encontramos en la depresión de Colmenar, situada entre las montañas centrales, tratándose de una depresión estructural en sentido este-oeste, que goza de una entidad propia comarcal, con una altitud media de 300 y 600 m. Drena en tres direcciones: la zona más occidental, hacia el Guadalhorce, por la izquierda (Arroyo Gébar); la zona central, regada por el Guadalmedina; y la más oriental vierte al río Vélez (Ferrer Bueno, 1999: 19-20), formando un estrecho pasillo o corredor, que comunica con la comarca de la Axarquía, con el Valle del Guadalhorce. Por ello, también comprende las depresiones de Alfarnate y Alfarnatejo. El paisaje del Campo de Cámara se caracteriza por la presencia de suaves colinas. La altitud oscila entre los 500 y los 800 msnm, por lo que se considera una depresión, en relación a las unidades del relieve circundante, que sobrepasa los 1.000 msnm. La litología está compuesta por rocas detríticas: margas, arenas, arcillas y limos. Abarca parte de los municipios de Alfarnate, Alfarnatejo, Almogía, parte de Álora, parte de Antequera, Villanueva de la Concepción, Casabermeja, Colmenar, Riogordo, Periana, Valle de Abdalajís y La Viñuela.

La trilogía de cultivo romana está más que presente, no sólo en restos arqueológicos, sino en un gran patrimonio vegetal, especialmente en el apartado del olivar con ejemplares, según la Universidad de Córdoba, de más de 1.200 años, lo que da la idea del arraigado cultivo del acebuche y del olivo en esta comarca, con los olivos más antiguos de la provincia de Málaga. Encontrándonos en el corazón de la comarca, existe una variedad denominada por el IFAPA de la Junta de Andalucía como “variedad local sin catalogar”. Se puede decir que una variedad casi en extinción, junto a otras variedades propias como es la Manzanilla y la Verdial, en la zona oriental.

Cinco siglos que separan la descripción del paisaje realizada por los conquistadores árabes de la situación de los siglos VIII-X, donde aparece por vez primera la toponimia. Como noticia excepcional: el Fahs Qámira, el “Campo de Cámara” presenta un control de producción por parte de la ciudad de Málaga en el período árabe, implicando un aprovechamiento del espacio con unas bases similares a la época romano-visigoda, donde predominaba el cultivo del cereal, el olivo y la vid. Sobradamente, los milenarios olivares y acebuchales del corazón de la provincia de Málaga (o lo que es lo mismo, la comarca de Cámara), aparecen documentados por el estado Castellano en el repartimiento de estos territorios a los soldados castellanos, tras la reconquista de los mismos a los árabes.

Tierras que fueron labradas por nuestros antepasados, tierras de las que nos sentimos herederos, aun sin ser propietarios.

Nuestro proyecto: sacar del olvido a estos olivares Milenarios y Centenarios, muchos de ellos de la magnífica variedad, aún sin catalogar. Salvarlos del peligro de extinción que ello supone. Una puesta en valor del territorio y de su productividad sostenible, para que las nuevas generaciones puedan disfrutar de su historia, de su fruto, de su estampa, a veces denostada, devolviéndoles parte de los beneficios que han reportado a lo largo de la historia de la humanidad, con su emblemática presencia en nuestro paisaje.